La información recogida en la fase anterior, permite explorar mediante croquis e ilustraciones alternativas conceptuales que aproximan al cliente al futuro producto.
Se definen los sistemas de producción de las diferentes piezas y se involucra en este punto a proveedores para validar la viabilidad en coste del proyecto.
La propuesta finalista pasa a ser desarrollada con más detalle, permitiendo así, la definición del nuevo diseño. El nuevo diseño se visualiza con color, textura, y con sus diferentes piezas y juntas. Se perfilan con más detalle los aspectos de producción, coste y acabados.
Partiendo del pack técnico aportado por el cliente y por toda la información relativa al propio diseño ya definido, se procede a construir un modelo virtual en 3D, que permita la definición de las piezas y el conjunto. En esta fase se definen las superficies de estilo y los sólidos que componen el objeto. Toda esta información se utilizará también para revisar los costes para la fabricación de las piezas.
En todo proyecto surge la necesidad de comprobar resultados antes de llegar a la fabricación en serie. Ya sea para una maqueta de estilo o para un conjunto de piezas, esta fase permite despejar dudas sobre aspectos clave del proyecto.